sábado 17 2022

Por la puerta de atrás del Poli, la que da a la playa....

 

En la entrada anterior fue Diego quien me sugirió que colgara el vídeo de técnica de paleo en Kayak. En este caso y como no podía ser de otra manera (son uña y carne), Eduardo nos envía este testimonio que refleja momentos vividos en el club. Ya he hablado, en varias ocasiones, sobre la importancia de estas colaboraciones para reflejar experiencias y momentos vividos en el club e invito a todo aquel que quiera a enviar la suya. Sin más: 

"Tiempos difíciles, duros, complicados, muchas veces hasta pienso que extraña fuerza nos llevó a superarlos, una especie de Edad Media sin horror pero con mucha ilusión, compañerismo y risas, muchas risas.

Las tardes en el “Poli” se hacían cada vez más aburridas, un año en atletismo, otro en baloncesto, deportes que no acababan de convencer, una de las pocas cosas atractivas de aquello era ver a unos tíos que tarde tras tarde de mediados de los 80 entraban por una puerta trasera a una especie de pista de baloncesto abandonada piragua al hombro, la inquietud de saber que era aquello, que hacían allí, y quienes eran, hacía que el interés por pasar las tardes en el “Poli” fuese en aumento, hasta que un par de años después llegó el esperado momento.

Una tarde, ya noche, otoñal de final de los 80 camino del “Poli” en el R7 de mi padre, “no ahí no, por detrás” decía yo, “pero si detrás no hay ná”.
Pues si que había, dos tipos raros, uno cerrando aquella puerta trasera y el otro subido en un Vespino GL rojo lleno de pegatinas que daba acelerones a modo de meter prisa. “Vengo a ver como va esto de las piraguas que mi hijo quiere apuntarse”, ni recuerdo que contestó Juanmi, mi atención estaba puesta en el otro que esperaba montado en el Vespino impaciente a que Juanmi despachase a mi padre, luego supe que era un tal, Marco.

Ahí empezó todo, habíamos quedado 5 amigos en apuntarnos a piragua, los 5 de la misma zona, Marcos, Migue, Robles, Nema, y yo, pero como mi padre no se fiaba quiso ir a ver de que iba aquello.
En el "kilo" y con la pala verde en una regata en 1989


De aquellos 5 a los dos meses solo quedábamos 3, fue un invierno durísimo, corriendo para las duchas del poli empapados arrastrando las mochilas por las pistas de baloncesto, dándonos la vuelta muchas veces en la puerta del pabellón cuando el conserje no nos dejaba entrar porque íbamos a mojar y llenar de arena el suelo, eso claro cuando en las duchas del Poli no había agua caliente. Luego cuando llegabas a casa a buscar mil inventos para poder solucionar aquellas irritaciones de piernas y culo provocadas por los cascos del verde de la E, el verde de cocacola, o el 87, tres barcos q marcaron muchas vidas, incluso el famoso vietnamita de bañera de aluminio obra de Emilio.
Luego llegó la hora del kilo, de los rangers verde y naranja, los lancers marrones o incluso aquellos nuevos tigers de varios colores que se estrenaron en aquellos últimos años de los 80, la edad media…."
Con el muelle de Olaso de fondo en 1990

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